La Película - Soirée actualité Colombie

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BAJO EL SILENCIO Y LA TIERRA de Gisela Restrepo Triviño - CANADA - 2021 - 1h34

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CE N'EST PAS LA MORT, C'EST L'INCERTITUDE

Les contributions de nombreuses associations au festival Cinélatino sont sous le signe de l’engagement. Chacune choisit « son » film et le présente. Cette année deux soirées spéciales sont dédiées l’une au Chili dans son actualité politique et l’autre à la Colombie, animée par la Commission de la Vérité autour du film Bajo el silencio y la tierra en présence de la réalisatrice et de son père.

Marta parle dans son propre film, elle ne joue pas. Ce documentaire fait part de la vérité de sa vie. La disparition forcée est une combinaison perverse de deux violations incompatibles, celle du droit à la vie et celle du droit à la mort. C’est aussi une absence persistante. Quand l’oubli est imposé par la violence et l’impunité, la mémoire revient comme ces plantes qui poussent dans les fissures. La Commission de la Vérité est un cadre pour la reconnaissance de ces nombreuses histoires cachées entre le silence qui protège et le temps qui ne passe pas. À l’image de cette recherche jusqu’à l’effleurement de la présence au milieu de la boue et de la jungle, qui donne un visage à la perte. Qu’est-ce que cela signifie récupérer une dépouille ? Aller jusqu’au dernier endroit où l’être cher respirait ? Au public, témoin d’une recherche qui convertit la logique de l’affect en une culture des droits de l’homme, reste la profondeur de ces enseignements. Merci Marta, Gisela, Rodrigo.

Carlos Beristain
Commissaire de la Commission de la Vérité Colombienne

 

TEXTE ORIGINAL EN ESPAGNOL

No es la muerte, es la incertidumbre

Marta habla en su propia película, dirige y aparece. No actúa, porque este documental es parte de la verdad de su propia vida. La desaparición forzada es una perversa combinación de dos violaciones incompatibles, la del derecho a la vida y la del derecho a la muerte. También es una ausencia persistente. Ninguna ausencia acaba hasta que dejamos el recuerdo irse, cuando el olvido es forzado por la violencia, la impunidad o el dolor, pero la memoria regresa como esa plantita que sale por las rendijas. Durante 35 años esta historia estuvo viviendo en silencio, aunque el silencio de los familiares de desaparecidos está lleno de conversaciones que los traen. Ahora, lo que vemos aquí, es un árbol que tiene hierba alrededor y viene con sus frutos.  La Comisión de la Verdad es un marco de reconocimiento para tantos miles de historias guardadas entre el silencio que protege y el tiempo que nunca llegaba a tocarse. Como esta búsqueda hasta un lugar en el que casi esa presencia puede tocarse, en medio del lodo y la selva.

Volver sobre los pasos desde el hoy, no es algo que pueda hacerse sin manos amigas. Trocitos que saben cosas y que se atreven a desafiar al miedo, a las marcas morales, a la violencia que aún se vive. Como señala la película, ir al fondo de las cosas tiene otros impactos que ni siquiera imaginas. Son las historias por las que sabes que hay que dejarse tocar. Qué significa ponerle paisaje a la pérdida. Qué quiere decir recuperar los restos. Llegar hasta el último lugar donde estuvo su aliento. En las primeras exhumaciones en Guatemala en los años 90, una viejita llegó a la oficina del Arzobispado para dar el nombre de su marido desaparecido. El nombre para recordar una existencia, así el alma del muerto nunca se pierde, queda en el viento.

Los testigos vienen con sus recuerdos de cómo era ella, quién era. Ni las clasificaciones estereotipadas ni la conversión de Gisela en un objeto de admiración o de desprecio sirven, más que para quien ya tiene definida una mirada que cosifica. Andar por este viaje es otra cosa. La memoria trae hasta el presente su presencia. Y es la gente humilde de los barrios de Cali o de la comunidad afrodescendiente del Chocó, la que nos acoge desde el lugar de lo vivido.  A quienes vemos la película como testigos de una búsqueda que convierte la lógica del afecto en una cultura de derechos humanos, nos queda la profundidad de lo aprendido. Gracias Martha, Gisela, Rodrigo.

Carlos Martín Beristain
Comisionado de la Comisión de la Verdad Colombiana

 

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