Mauricio Catalán es un exitoso abogado de 45 años, socio de un bufete de abogados "boutique", un estudio legal dedicado a complejos litigios de grandes empresas y clientes privados de considerable fortuna.
Como todo buen abogado litigante, Catalán es un tipo carismático, dinámico y con un gran poder de convencimiento y retórica implacables. También, como todo buen abogado, ha tenido muchas veces que defender a clientes que están en ambos extremos del espectro de posiciones que existen respecto de la conservación ambiental, obteniendo siempre grandes y sonoras victorias legales, que le han valido una reputación legendaria.
A través de una ONG ambientalista, Catalán es contactado por una comunidad de mapuches del sur del país, quienes están preocupados por la reciente actividad en sus territorios de parte de una gran empresa minera.
Las comunidades de la zona están al tanto de los ricos yacimientos de hierro que descansan en sus tierras ancestrales, y entienden que ante el interés económicos de las empresas necesitan a alguien que los defienda. Necesitan al mejor abogado en al materia.
Tras estudiar el caso, el abogado decide que existe una oportunidad de presionar a la empresa para que llegue a un acuerdo que sea favorable para la comunidad, y por extensión, para él mismo.
Catalán mueve sus contactos y realiza sus complejos ejercicios judiciales, al tiempo que viaja constantemente a la zona para estar en contacto con la comunidad mapuche, para ganar su confianza, y para, llegado el momento, hacerles ver que la mejor solución es una salida negociada al conflicto.
En el proceso conoce a una atractiva y despiadada abogada de la empresa, una joven coreana, enviada por la matriz de la empresa minera e industrial que controla las operaciones de la minera en Chile.
Cuando la situación de tensión social explote y cobre como víctima a un joven mapuche con quien Catalán había tenido una larga conversación en la que había, cínicamente, hecho creer al muchacho que la lucha hasta las últimas consecuencias era la única salida, el abogado replanteará su posición respecto al caso, sólo para descubrir que la realidad es mucho más compleja de lo que creía y que todo su poder, audacia e inteligencia, no sirven de mucho frente a las grandes maquinaciones corporativas.